Tras dos años de espera, Romina Guardino vuelve a la escena musical con su más reciente sencillo, “El color empieza una danza”, que se estrenará el 27 de septiembre en todas las plataformas digitales. Este lanzamiento continúa con la propuesta musical que la artista ha venido desarrollando, la cual incluye temas como “Grita y Ríe” (2013) y un EP homónimo lanzado en 2017.
El sencillo, creado en colaboración con Ricardo Salvador (Farosonico), cuenta con la participación especial de tres coristas del ensamble El Palomar. Guardino no solo aporta su inconfundible voz, sino que también suma su característico estilo con la ejecución del ukelele, consolidando así su sello distintivo. “El color empieza una danza” se distingue por su instrumentación completamente orgánica, que incluye ukelele, piano, guitarras acústicas y eléctricas, bajo y batería. Estos elementos acompañan la cálida y envolvente voz de Guardino, creando una atmósfera íntima y emotiva.
La canción emplea la imagen del color mezclándose en el agua como una metáfora de la intimidad y la conexión entre dos personas. Con frases como “Nos quisimos y nos fundimos como el color que en el agua empieza una danza”, Guardino invita a los oyentes a reflexionar sobre la belleza de los momentos compartidos y cómo las emociones se entrelazan para formar algo único, tal como una acuarela disolviéndose en el agua. Este sencillo también es un adelanto de su próximo EP, programado para principios de 2025.
Para celebrar este lanzamiento, Romina Guardino llevará a cabo una fiesta y concierto el sábado 5 de octubre en la sala de ensayo Buena Onda en la Ciudad de México. Será un evento íntimo, con capacidad para solo 20 personas. Además de disfrutar de su música en vivo, los asistentes recibirán sorpresas especiales, como ilustraciones y stickers creados por la propia artista. Los boletos ya están disponibles y el cupo es limitado, por lo que se recomienda adquirirlos con anticipación.
“El color empieza una danza” promete ser un tema fresco y otoñal, con una instrumentación que comienza de manera acústica y va creciendo con la inclusión de piano, guitarras acústicas y eléctricas, bajo y batería. La canción es una mezcla de positividad y alegría, utilizando la imagen de tonos mezclándose para transmitir una sensación de frescura y renovación. Con este lanzamiento, Romina Guardino reafirma su capacidad para crear música que toca el corazón y deja una impresión duradera en sus oyentes.
