DUPLAT SE UNE A ÁLVAREZMEJÍA PARA “COMO UNA NUBE” Y PRESENTAR SU EP CIELO
Duplat es un pianista, cantante y multi-instrumentista bogotano que desde 2018 ha venido presentando una serie de sólidos lanzamientos. Marcado por un estilo difícil de clasificar, que se ubica en algún lugar entre el pop y el rock, el sonido retro y los aires de programaciones modernas, la música de Duplat escapa a todo afán de clasificación, por lo que puede transitar varios lenguajes en cada lanzamiento sin comprometer una identidad híbrida cargada de tintes melancólicos y aires instrumentales lejanos. Todo en sus canciones de amor y desamor es único, desde el viejo piano Pleyel hasta el uso de un saxo tenor desafinado que le da una estética lo-fi a su sonido, además de su particular y carrasposo registro vocal. Con una fuerte influencia del rock del cono sur latinoamericano, el repertorio pianístico de siglos pasados, el jazz, el britpop, la canción francesa y el city pop japonés de la década de los ochenta, Duplat logra rejuvenecer y darle un nuevo rostro a la música latinoamericana. Es por eso que nombres claves del contexto musical colombiano lo han invitado a trabajar (ya sea como co-compositor, coproductor o músico de sesión), entre los que se incluyen Mitú, Alvarezmejia, Soy Emilia, Fer Castilla, Armenia o Julio Victoria. Ahora el prolífico compositor regresa para cerrar el ciclo de Cielo, su nuevo EP, que presenta junto a un corte con Alvarezmejia, proyecto solista de Daniel Álvarez de Diamante Eléctrico.
Cielo, el EP que ha venido presentando con “Cielo” y “Todavía en mi mente estás”, está compuesto por cinco cortes que nacen de largas horas de otear el éter, encontrando la inspiración entre las formas de las nubes y las estrellas. Es un EP en el que el músico y compositor explora su lado más romántico. El extrañar, el esperar y la falta de sueño le dan una estética saturnina al lanzamiento, creando un trabajo redondo con un sonido íntimo y cálido que nos acompaña en las noches más frías o en las mañanas en las que el sol tímido se esconde entre cúmulos gaseosos y no nos bendice con su rostro de fuego.